viernes, 8 de abril de 2011

SEÑORIO LUPACA EN LA CIUDAD DE JULI

LUPACA
Lupaca o Lupaqa responde a un grupo cultural aymara hablante, que afloró a orillas del Lago Titicaca tras la decadencia del Imperio Tihuanaco - Huari, manteniendo su identidad tras la imposición del Estado Inca o Tahuantinsuyo, inclusive con la dominación española.
La importancia y relevancia de este reino andino ha venido aparejada a los trabajos de historiadores y antropólogos que han examinado textos de la colonia (visita de Garci Díez de S. Miguel de 1562). En estos textos se plantea un modelo económico basado en el establecimiento de un núcleo de población y poder en la puna altiplánica y el control a través de "colonias periféricas" de enclaves de aprovechamiento agroecológico contrastado: en la costa (hacia occidente) y en los valles hacia oriente. Son destaclables los trabajos de John V. Murra a cerca de estas características que él denomina "control vertical de un máximo de pisos ecológicos en la economía andina" a través del "archipiélago vertical".
Murra (2002 [1975]) plantea hasta tres diferentes zonas de control ecológico dentro de la economía de este reino poco antes de la colonización española: un núcleo central con cultivos de tubérculos andino y ganadería camélida, "colonias" multiétnicas en la costa con aprovechamiento de maíz, wanu o huano, algodón y productos costeros, y otras "colonias" multiétnicas en los valles y montañas orientales, con cultivos de coca, madera y productos de la selva.
De los reinos aimaras existe muy poca información arqueológica, contrariamente a la información etnohistórica recogida de los oradores incas. Ocuparon territorios desde Canchis y Canas por el norte, hasta Potosí por el sur; y destacaron por el uso de la lengua aimara y puquina.[1]
Los reinos aimaras denominaron Urcusuyu al lado occidental del lago Titicaca y Umasuyu al lado oriental.[1]
Los lupacas en cambio tendrían su centro en Chucuito.
En la ciudad de Juli, los lupacas se acentuaron en la comunidad de anchoaque kilcani el el lugar llamado LUNDAYANI, por los que los españoles intentaron construir la ciudad de Juli en esa zona. Lundayani es conocido como el antiguo juli.  En este lugar se puede encontrar hasta cuatro  tipos de construcciones  de casas y/o templos; el primero según los pobladores  es de los GENTILES, el segundo es de los LUPACAS,  EL TERCERO  es los incas que invadieron o conquistaron este imperio aymara, el cuarto es una IGLEASIA DE CRUZ LATINA que la mas clara manifestación de asentamiento español. (Lourdes, 2011)






La invasión incaica
Las crónicas de Pedro Cieza de León y Santa Cruz Pachacuti hablan de intensas rivalidades entre los curacas de Chucuito (Lupaca) y Hatuncolla (Reino Colla). Estas rivalidades fueron conocidas por los Incas y fue el inca Wiracocha, el primero en intentar aprovechar esta rivalidad prometiendo ayuda a ambos bandos pero pactando secretamente con los Lupacas de Chucuito. Esta traición fue descubierta por Cari, el lider colla, quien atacó a los lupacas antes de que el ejercito incaico llegara para ayudarlos, este violento combate se realizó en las proximidades de Paucarcolla, al norte de la actual ciudad de Puno. Con esta victoria los Collas se convertirían en el reino dominante en todo el collao, anexando tierras en la vertiente del Pacífico.[2]
Pero es el Inca Pachacuteq quien vence a los Collas,  los lupacas, pacajes, azangaros y otros terminaron por aceptar el dominio cusqueño.
Luego de la expansión del imperio incaico hacia la zona de los reinos aymaras, los incas denominaron Collas a todos los reinos aymaras sin distinción y su territorio pasó a formar parte del collasuyo.[3]
La transmisión histórica de boca a boca que es convertido en simples relatos familiares, cuenta que los Lupacas siempre estuvieron en conflicto con el imperio colla. Los incas enterados de estas rivalidades aprovecharon para conquistar estos imperios. Los Lupacas tuvieron estrategias de guerra para no ser derrotados o para no morir en las manos de los incas, es por eso que elaboraron canchones de piedra que circunda casi todo el cerro de Pukara, esto servía para esconder y no ser alcanzados por las piedras y flechas que lanzaban los incas.  Otros construyeron túneles para entrar dentro del cerro Pukara, los pobladores cuenta que en estos túneles,  aun se puede encontrar su vestimenta de estos señoríos lupaca  que prefirieron morir debajo del cerro antes que ser conquistados. (Lourdes, 2011)
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jueves, 7 de abril de 2011

VISITE JULI

Juli
Juli es la capital de la provincia de Chucuito, del Departamento de Puno, en el sur del Perú, se encuentra a orillas del Lago Titicaca, con aproximadamente 3.850 msnm, y a los pies de una montaña con forma de león dormido. Ésta es una zona predominantemente aymara.

Etimología
El nombre de Juli proviene del ave LULLI o CHULLI, Churi en aymara es descolorido, amarillo, muy claro, es decir el mismo color del cogollo de la totora que en aymara es chuchullo, y este cogollo estará enraizado dentro del agua a cuya raíz se le dice Chulli el nombre del clan chulli, viene del cogollo de la totora.
Geografía
La Playa de Juli
No solamente Juli es de Iglesias sino que también para algunos visitantes de la ciudad, Juli tiene una playa que en verano es muy cálida; la playa se encuentra a orillas de la montaña denominada "Sapa - Collo" que en castellano quiere decir, Montaña sola, A este lugar mayormente lo conocen como Huaquina un lugar de árboles (bosque). La playa de Juli cuenta con un muelle que dia a dia recibe un número considerable de turistas, que vienen de diferentes paises tanto como de Bolivia y como del mismo Perú entre otros.[1]

Cerros de Juli
Existen 4 cerros en esta localidad , los cuales hay una jerarquía en tamaño, nos referimos a la altura de estos cuatro cerros, el más alto es el "Pukará", que está ubicado en la parte noroeste de la ciudad; el ascenso a este cerro es complicado pero no imposible, el siguiente es el "Ankarkollo" denominado también Cerro Sanbartolome. Está ubicado al sureste de la ciudad y esta montaña es un lugar en donde se celebra al apóstol San Bartolomé, es que de ahí lleva este nombre, el ascenso a dicho cerro es muy fácil por que se puede subir tanto a pie como en automóvil. El penúltimo cerro es "K'arakollo" y está ubicado al sur de la ciudad uno de los cerros que en su geomorfologia es muy pedregoso por esto existe la presencia de las rocas. El ascenso es más fácil por la parte posterior que por la parte delantera (que observa a la ciudad); en la parte posterior existe una montaña rocosa, con una leyenda titánica, esta montaña adyacente al Karakollo se denomina "NayranJjake" que en castellano quiere decir "Ojo de Persona" de donde fluye el agua. Gracias a esta roca la ciudad de Juli se abastece de agua. El último cerro es el "Sappakollo" o Cerro solitario, este es el más cercano a la ciudad de Juli y su ascenso es fácil.
Los cuatro cerros de la ciudad son como una especie de abrigo y miradores para Juli, Muchos lo denominan guardianes de la ciudad, el ascenso a los cerros es mayormente a pie, excepto el de Ankarkollo Sanbartolome, solo a este se puede subir con automóvil.

Historia
Los primeros misioneros que arribaron hacia 1539 a Juli, que era parte del reino de los Lupaqa, fueron los dominicos, que establecieron varias doctrinas para la evangelización y catequesis de los nativos aymaras, para lo cual construyeron varias iglesias que hasta hoy subsisten. Los religiosos dominicos abandonaron Juli en 1574 por discrepancias con la política del virrey Francisco de Toledo.
En la Congregación tenida por los jesuitas en el Cuzco en 1576, habían determinado fundar una Residencia en Juli, para atender de este modo con mayor eficacia al bien de los numerosos indios de aquellos contornos. Había entonces en Juli cinco mil casas de indios y el número de personas, entre hombres, mujeres y niños era de catorce mil.[2] En el pueblo de Juli, entonces uno de los curatos de la provincia de Chucuito, tuvieron imprenta propia en el siglo XVI, alí se imprimieron las primeras obras bilingues en Aymara y Español, dedicadas a difundir la doctrina cristiana.[3] Como en todos los Corregimientos van Indios á las minas, y los de Juli siguen el mismo turno de mitas pero a diferencia de otros lugares aquí los tratan como à pupilos; les dan vestido de remuda y avío para el camino; les ponen sobrestante que los reprima; y miéntras están en las minas, mantienen del comun á las mugeres é hijos: les previenen sementeras para su retorno; y quando es tiempo de volver, va quien pague todas sus deudas, y quien, los trayga via recta á sus casas; ¿qué mucho que crezcan en lugar de disminuirse, los Indios de Juli , no obstante el decantado remo de las minas?. [4]
« Juli , pueblo grande, hermoso y bien poblado, de la provincia y corregimiento de la Paz en el Perú, está situado cerca de la laguna de Chucuito...; tiene cuatro iglesias muy buenas... la principal es San Pedro, a la cual está contiguo un hermoso colegio que tienen los Regulares de la Compañía, párrocos del pueblo...»
Alcedo, Diccionario, t. II, p. 533.

Juli era por a que ellos años simple residencia hasta que el jesuita Rodrigo de Barnuevo, que fuera rector del Colegio Máximo de San Pablo de Lima, solicitó del monarca en 1636 que se le permitiese a la Compañía de Jesús fundar allí colegio.[5]
Durante la revuelta del Inca Diego Cristóval Tupac-Amaru en 1780 las milicias del capitán llegaron al pueblo de Julí , en cuyas montañas se hallaban los sublevados, después de haber ejecutado, un día antes del arribo de las tropas, sangriento estrago en todo su vecindario, y un saqueo universal de sus casas, y de lo que habían colocado en el sagrado asilo de los templos, que no se eximieron del furor y de la profanación.[6]
El 2 de junio de 1828, siendo presidente de la republica don José de la Mar, el congreso constituyente expedió un decreto por el que se denominaba Juli benemérita villa, y se la constituía como capital de la provincia de Chucuito. Elevada a la categoría de ciudad por ley del 31 de agosto de 1889 durante el mandato presidencial de Andrés Avelino Cáceres.[7]

Seminario de Lenguas
La Compañía de Jesús creó el Seminario de Lenguas de Juli y su presencia hizo de Juli se convirtiera en “La Roma de las Indias” y fue allí donde se adiestraron los jesuitas que fundaron la provincia de Nueva Granada, en el Paraguay.[8]
Economía y Turismo
De clima frío y seco, su economía se basa en la agricultura y la ganadería; tierra de leyenda y tradición es denominada "La pequeña Roma de América" gracias a sus atractivos turísticos caracterizados por varias iglesias de dimensiones imponentes, considerando la población local. Ente ellas se destacan:
San Juan de Letrán

La iglesia de San Juan de Letrán, ubicada en la plazuela de San Juan, construida a comienzo del siglo XVI, por orden de los padres dominicos, y concluida por los jesuitas, a mediados del siglo XVIII poco antes de su expulsión. La construcción es en adobes (tierra apisonada) con espesores marcadamente variable en función de la altura. Las pequeñas ventanas tienen marcos de pan de oro, y están cerradas con láminas de piedra traslúcida. Tiene forma de cruz latina, con una portada lateral barroca-meztiza en piedra labrada, con presencia de arte nativo aymara. En su interior se destacan lienzos de escuelas: española, italiana, y cuzqueña, de grandes dimensiones y con importantes marqueterías de pan de oro. El altar mayor es en pan de oro y plata labrada.
La iglesia de Santa Cruz de Jerusalén remodelada durante la segunda mitad del siglo XVIII, antiguamente conocida como San Idelfonso. Fue destruida por un rayo en 1914. Las ruinas denotan la grandiosidad que tubo en su época la iglesia. Se destacan los finos trabajor de escultura en piedra. Lo más curioso de esta iglesia es que cuentan que por horas de la noche existe la presencia de algunos espíritus malignos, la razón seria por que es la más antigua de las otras 3, Aunque esta sea la más antigua existe una que se encuentra en una parte más alta de la ciudad, Denominada Iglesia Santa Barbara la cual ya esta totalmente destruida y en su lugar solo se puede encontrar un pequeño bosque de árboles, el total de iglesias que tendría Juli es 5 y no cuatro como en la gran mayoría se se dice.
Nuestra Señora de la Asunción
Nuestra Señora de la Asunción, edificada en el siglo XVI, antiguamente conocida como Santa María la Mayor. En su interior, muy deteriorado, se encuentran pinturas del pintor jesuita Bernardo Bitti (considerado uno de los representantes del “estilo manierista” muy en boga en la Italia del siglo XVI y fue bautizado por el historiador de arte Manuel Soria como el mejor pintor del siglo XVI en Sudamérica). Se restauración derá concluirse an el segundo semestre del 2006;

San Pedro Mártir
San Pedro Mártir. Iglesia construida por orden de los padres dominicos españoles aproximadamente en 1565. Fue culminada por los jesuitas en 1576. Esta construida en piedra granito blanco, en forma de Cruz Latina. El templo tiene un estilo Barroco-meztizo también con presencia del arte nativo aymara demostrada con la representación de pájaros y otros animales autóctonos de la región. En su interior se encuentran pinturas de las escuelas: española, italiana y cuzqueña.
Casa de la Inquisición
Cuenta con las ruinas de la Casa de la Inquisición o Casa Cuentas situadas en la misma Plaza de Armas, con interesantes portadas y decoraciones de las ventanas.
Son notables también en la zona los trabajos de orfebrería.